Galvanización a fuego: un excelente ejemplo de economía circular
Hoy con el alambre Bottaro existe un motivo más para considerar la galvanización un proceso mejor y más ecológico que el barnizado.
Todos lo sabemos ahora: la revolución sustentable está en marcha. Todos los sectores de la economía, nos guste o no, están incluidos y el mundo de la galvanización no es una excepción. Basta decir que la galvanización a fuego en serie, hoy es ampliamente usada, especialmente en la construcción, infraestructura y manufactura, pero también en mobiliario urbano, agricultura, transporte, servicios de utilidad pública y para elementos de fijación individuales.
La EGGA, asociación europea de galvanizadores, proporciona los datos y números que hablan por sí mismos: todos los años son 8 millones de toneladas de productos siderúrgicos sometidos a galvanización a fuego. Existen 700 fábricas de galvanización sólo en Europa. Estamos hablando de pequeñas y medianas empresas, que al dar empleo y valor social a su territorio de operación, se esfuerzan cada día en realizar procesos de galvanización que pueden aplicarse a literalmente a todo: desde los más pequeños tornillos hasta grandes vigas estructurales, de más de 20 metros de longitud. Esos datos muestran cómo una simple elección de como revestir y proteger productos de acero, puede tener un impacto tan grande impacto sobre el medio ambiente global.
Las grandes obras del futuro serán galvanizadas
Considerando el amplio espectro de usos y los múltiples sectores donde se inserta la galvanización a fuego, que constituyen la espina dorsal de cualquier economía, se hace fundamental, en una perspectiva de mayor responsabilidad hacia un futuro más ecológico, hacer el proceso de galvanización de acero más sustentable en el largo plazo.
Eso explica por qué los constructores están cambiando su propia manera de pensar y abordar este asunto, comenzando a proyectar edificios más flexibles y adaptables que puedan ofrecer no sólo funciones básicas por un período de tiempo más largo, sino que también tengan en consideración cualquier nueva función y futuros nuevos usuarios. Resumiendo, hoy intentamos diseñar un edificio a partir de componentes reutilizables y de recursos que posean un valor residual positivo.
Eso también explica por qué se está volviendo cada vez más evidente que las grandes obras del futuro serán galvanizadas. Todo eso necesariamente ocurrirá a costas de la alternativa más clásica a la galvanización: el barnizado.
Galvanización a fuego vs barnizado: ¿por qué la primera es más sustentable?
Pero entonces nos preguntamos qué es lo adicional que el zinc nos ofrece sobre el barniz al revestir acero, en términos de sustentabilidad y en consecuencia, pensando a partir de una economía circular.
Pues bien, son las propias características del acero galvanizado, a su durabilidad resistencia y adaptabilidad, que lo hacen preferible al barniz, precisamente respecto a la reciclabilidad de las estructuras y componentes metálicos.
Las razones son muchas, en verdad: van desde la mayor protección contra la corrosión, los cambios climáticos y de temperatura ofrecidas por la galvanización, hasta la menor mantención requerida en la estructura de acero de un componente. A esas ventajas, se suma la posibilidad de reaprovechar el revestimiento galvanizado por varios ciclos, justamente por estar íntimamente ligado al acero. Eso permite que el producto sea reaprovechado junto con su revestimiento original, sin necesidad de volver a pintarlo.
Integrar los ciclos de reaprovechamiento en los procesos de reciclaje del acero ya consolidados, significa, por lo tanto, devolver el zinc, sin pérdida de sus propiedades, a las unidades de producción de zinc y reinsertarlo, si fuera necesario, en un nuevo proceso de galvanización, evitando así un desperdicio significativo de materia prima.
Contribución de Bottaro a la cadena de abastecimiento sustentable de zinc
La galvanización a fuego, por lo expuesto, tiene todas las credenciales para ser un ejemplo perfecto de aplicación de la economía circular a la industria. Pero para hacer de una economía circular algo verdaderamente eficaz y sustentable, no basta la buena voluntad de una única empresa que decida implementar ese tipo de iniciativa: es necesario pensarlo como una cadena de abastecimiento, para que todo el segmento siga una línea y una filosofía virtuosa, compuesta por controles y protocolos compartidos.
Bottaro como proveedor de alambres para los miembros de la asociación EGGA, es inevitablemente una parte integrante y esencial de esta importante cadena de abastecimiento. Su contribución para una cadena de abastecimiento más sustentable se deriva del hecho que su alambre para galvanización es más ecológico, porque fue diseñado para absorber menos zinc y en consecuencia, consumir aún menos durante la fase de galvanización del acero.
Con el alambre de Bottaro, el círculo de sustentabilidad del zinc se cierra perfectamente.
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